lunes, 19 de enero de 2009

El reposo del guerrero


Después de una larga jornada, y tras el paso por el cuarto oscuro, llega el momento de relajarse. La mesa llena de copias todavía húmedas, los negativos por archivar, el cenicero lleno de colillas, la botella de agua medio llena (todavía era optimista) y en la mano el último retrato que le había hecho a Cristina Almeida. Era joven y todavía no le había crecido el pelo.

2 comentarios:

Kai Försterling dijo...

Menuda pinta. Esas gafas, los bajos del vaquero doblados, las zapas de basket, el pelo de monje....
La que te va caer, Ferrán.

Jose Aleixandre dijo...

No es lo que parece, me refiere a la mesa. Busti no es desordenado sino que estaba de okupa en ese momento en esa mesa, por lo que el desorden no se le puede atribuir al él. El resto , gafas de concha, vaqueros y zapatillas de marca, el corte de pelo , todo eso si.