Hubo un tiempo, lejano ya, en el que cuando trabajábamos con papel siempre hacíamos la copia del colega que habíamos "pillado" en esos momentos de aburrimiento, relajación o simplemente tontería. Luego la poníamos en la bolsa y al siguiente encuentro: risas entre todos los presentes. Ahora, en principio, es mucho más fácil pero el formateado de tarjeta, olvido o dejadez hace que a veces no lleguen a sus destinatarios. Ahora podremos ver algunas.
lunes, 26 de mayo de 2008
Ubre (perdón Urbe)
Ay Beto, no sólo echarás de menos lo llana que es Valencia. ¿Donde encontrarás por los madriles una escultura semejante? Jesús y tú aquí lo teníais fácil.
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